«Historias reales de personas reales sobre casas»
«Una pareja, comprar una vivienda y más problemas de herencia»
Esta historia nos sirve para darnos cuenta de como dar gracias a lo que parece ser un problema. Os pongo en antecedentes. Imaginaos una pareja de novios, con 5 años de convivencia y una edad ya prudencial como para pensar en comprar una vivienda y por qué no casarse.
Después de buscar y buscar pisos en los innumerables portales inmobiliarios, eligiendo, llamando y descartando viviendas (esto es porque todavía no existía elRealista.es y no pudieron anunciarse y recibir ofertas :D), finalmente decidieron visitar una vivienda y comprarla.
Todo iba bien, con mucha ilusión pues el precio era muy bueno y la vivienda además estaba para reformar, por lo que tenía muchas posibilidades. Entre los diferentes estudios de distribución de la vivienda, para sacar 3 dormitorios o un despacho profesional y 2 dormitorios, solicitaron el estudio del préstamo hipotecario, con asistencia a la vivienda del tasador.
El problema vino cuando la Sociedad de Tasación, emitió el informe de tasación y se lo pasó a la entidad correspondiente. Cual fue el asombro de la pareja cuando la entidad les dijo que hasta que no pasaran 2 años el Banco no procedería a la concesión del préstamo hipotecario por no sé qué del artículo 28 de la Ley Hipotecaria.
Pues bien, lo primero por supuesto fue echar la culpa al tasador y a la Sociedad de Tasación, pero una vez explicado la pareja lo entendió y comprendió entonces, que lo que pasaba era que existía un plazo de 2 años por si aparecía un tercera persona reclamando parte de la herencia, pues los herederos no eran forzosos.
Pero los tiros no van por allí, recordad que la pareja se encontraba ahora con el piso de su vida y sin poder acceder a él. Intentaron convencer a los propietarios la posibilidad de acceder a él a través de la figura jurídica del arrendamiento con opción a compra, pero no accedieron.
Menos mal, ya que en 2 meses todo aquello que fue amor, ilusión y ganas terminó. La pareja dejó de ser pareja y lo único que hubo que repartir fue ropa y poco más. De esta forma la separación, aunque dolorosa, fue mucho más fácil sin el piso. ¡Con la cantidad de gastos que todo esto hubiera supuesto!
En definitiva:
Lo que parece un problema al principio, al final puede no serlo y ser la solución de otro problema mayor.
Fuente: Una historia real contada por una persona real. J. Santos
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