No descartes el alquiler con opción a compra para adquirir tu vivienda. La llave de entrada a tu casa y la salidad para propietarios.
El alquiler o arrendamiento con opción a compra resulta una opción muy recurrida en momentos de crisis como el actual, en el que la compraventa de viviendas se encuentra estancada y la salida al mercado de las viviendas es prácticamente nula.
La opción consistente en fijar o pactar un precio cerrado de la compra de la vivienda y descontar a dicho precio el total o parte de las cantidades entregadas por el inquilino o futuro comprador en concepto de arrendamiento de la vivienda, durante el plazo fijado, normalmente de 3 a 5 años. De esta forma lo que conseguimos es una serie de ventajas que favorecen tanto al inquilino como al propietario del inmueble. Entre las ventajas para cada uno de los intervinientes podemos destacar:
Ventajas para el propietario del inmueble:
- Se consigue dar salida al producto inmobiliario en épocas en las que la demanda de vivienda es escasa, por lo que se aseguran unos ingresos durante el período de crisis.
- Normalmente la renta que se pacta suele estar por encima de mercado, ya que se tiene en cuenta de alguna forma el valor de la opción de compra.
- Los desperfectos por uso por parte de los inquilinos suelen ser menores.
- En cierta manera se está asegurando la venta de la vivienda, que en caso de no materializarse se aseguraría por lo menos las rentas satisfechas.
Ventajas para el inquilino o posible propietario:
- Puede acceder más fácilmente al crédito, pues durante la duración del contrato de arrendamiento las cantidades entregas se considerarían satisfechas al precio de la vivienda. Podrían ascender al 20% del valor del inmueble por lo que no se tendrían que solicitar en el préstamo hipotecario. El desembolso inicial no es excesivo.
- Posibilidad de disfrutar de la vivienda antes de realizar la compra. En ocasiones resulta difícil saber los inconvenientes y vicios ocultos tras una simple inspección y las necesidades requeridas en un primer momento pueden no ser satisfechas.
- Se fija el precio de la vivienda, por lo que en caso de incremento de los precios durante el plazo fijado, éstos no afectarían al valor.
Como se puede observar las ventajas son bastante convincentes y resuelven una situación actual del mercado inmobiliario caracterizada por una reducción en los préstamos hipotecarios por parte de las entidades bancarias, una oferta excesiva de viviendas y una demanda de estos productos más bien escasa.
También es verdad que no todo son ventajas, pues las ventajas de uno pueden ser las desventajas de otro, ya que si el inquilino se beneficia por el hecho de fijar el precio de la vivienda durante un plazo largo, es posible que la recuperación del mercado haga que el precio pactado sea inferior al mercado; además el propietario no recibe el dinero de golpe y no podría vender la casa a terceras personas durante dicho plazo. De la misma forma el inquilino se puede ver perjudicado si finalmente no ejerce la opción de compra, pues el arrendamiento en estos casos suele ser más elevado que las rentas de mercado.
Os animamos a que plantéis esta opción al propietario del inmueble si estáis interesados en comprar una vivienda y no conseguís acceder al crédito.
Mucho ánimo!
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