La burbuja inmobiliaria, con la construcción de viviendas “a todo tren” ha dejado municipios en los que la población no llega ni a un tercio del número de viviendas construidas o proyectadas.

La desproporcionada cantidad de viviendas deshabitadas en nuestra geografía es una realidad.

En ocasiones, éstas se encuentran inhabitadas, constituyendo verdaderos “pueblos fantasma”. Así es como ha denominado “Business insider” a estos desarrollos urbanísticos inacabados, que proyectan una imagen desoladora.

Como ya publicamos en nuestro blog hace unos días, el parque de viviendas sin vender actualmente en España asciende a una cifra nada desdeñable. Una estimación de 798.000 viviendas sin dueño es la que constituye el exceso de oferta del mercado inmobiliario en el momento actual.

Quizás la cifra no es lo suficientemente expresiva como para entender la gravedad de la situación. Por ello, os mostramos unas cuantas fotografías tomadas desde el aire para comprobar de forma más visual cuál es la coyuntura del sector.

Seseña. 10.500 viviendas vacías

Yebes

Ojos del Salado, Granada. Desarrollo completamente vacío

Valdeluz. Viven 700 habitantes y fue planeada para 30.000

¿Cuál será el futuro del sector de la construcción?

Es algo difícil de vaticinar, pero esperamos que no se cometan tantos excesos como antes de la crisis para que no vuelvan a aparecer desarrollos sobredimensionados que la demanda no puede absorber.

El ratio de stock de viviendas recomendable para el mercado debería situarse entre el 1% y el 1,5%, según la experta María Romero, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Sin embargo, en el actual sector inmobiliario español, es del 2,68% del total de viviendas.

Según las opiniones de algunos expertos, recogidas por “El País”, el mercado tardará de tres a cinco años en absorber ese excedente. Así lo cree Juan Ollé, presidente de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Barcelona. Incluso va más lejos: expresa que en otros casos se tardará mucho más, o no se llegará a vender algunas promociones, como la urbanización de Seseña.

La citada María Romero comparte esta opinión, considerando que el stock existente no se podrá absorber por completo. Se basa en que se construyeron promociones en lugares aislados, lo que las hace prácticamente invendibles.

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