En situaciones en las que el precio de la vivienda está en aumento, parece lógico pensar que cuantos antes compremos mejor, pero el problema lo tenemos cuando los precios sufren constantes ajustes a la baja, entonces es cuando nos puede surgir la duda e incertidumbre de si será buen momento para comprar ahora. Aún así consideramos que con independencia del comportamiento inmobiliario, es importante tener presente unas directrices:

El comportamiento de los precios no es homogéneo, por lo que cada inmueble tendrá un precio y unas características propias que lo hacen independiente del resto. La ubicación, destino y tipología lo hacen único, de esta manera no es lo mismo una vivienda localizada en una zona de expansión poco consolidada y con mucha oferta, que otra situada en centro urbano consolidado con dotaciones y servicios completos. Tampoco sucedería lo mismo con el destino, pues la segunda residencia parece ser que está sufriendo con mayor intensidad la bajada de precios que la primera residencia. Y no sucedería lo mismo con aquellos inmuebles que los hacen singulares, tipo ático o bajo con jardín que se comportarían mejor debido a su escasez de oferta.

La cifra adecuada para pagar por una vivienda no es exacta y absoluta, por lo que deberíamos tener muy presentes, si el precio es el que podemos asumir sin problemas en relación con nuestras necesidades.

Generalmente la compra de una vivienda es a largo plazo y no a corto o especulativa, por lo que se pueden tener períodos en los que la rentabilidad de la compra es positiva y otros en los que es negativa, respecto a otras opciones de disfrutar de un inmueble como podrías ser el alquiler.

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