¡Quién lo ha visto y quién lo ve!
Tiempo atrás, algunos esperábamos que nos tocase la lotería, agradeciendo la «objetividad del técnico urbanista», con la recalificación de suelo rústico a urbanizable. La delgada línea que suponía este simple gesto, nos hacía ganar o no, unas cantidades muy suculentas de dinero por no hacer nada (salvo el disponer de unas tierras heredadas o compradas con esas expectativas).
Cuando todos los que habíamos comprado suelos rústicos, con la esperanza de que en un período corto de tiempo, por su cercanía al casco urbano, nos los recalificaran a urbanizables, con la situación actual parece que cambia la moneda de juego.
Ahora, en el municipio de Navalcarnero, los propietarios de estos suelos rústicos están sufriendo las graves consecuencias de la revisión del Plan General, cuando sobre estos terrenos, en la época del boom inmobiliario, les hubieran pagado verdaderas fortunas por adquirirlos, hoy lo único que les reportan son más gastos.
Según informa El País, el incremento en el impuesto de bienes inmuebles (IBI) de estos terrenos se sitúa en el 80.000%. Menos mal que el Ayuntamiento ha salido en defensa de los cerca de 300 afectados con una bonificación del 90% del IBI. ¿Devolverán estas ayudas cuando lleguen tiempos mejores y se beneficien de la plusvalía?
La revisión de un Plan General lleva su tiempo y no se hace en un año, además hay un período de información pública para recibir alegaciones. ¿Cuantos alegaron en su momento que no cambiasen la calificación de estos terrenos?
Por favor, el grupo de afectados de terrenos urbanizables solicitamos que nos dejen volver a cultivar estos terrenos.
Opinión muy particular de un afectado por la crisis.
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